Se establece una veda temporal de dos años, del 10 de abril de 2020 al 10 de abril de 2022, con el objetivo de proteger esta especie y realizar un estudio de su situación, lo que implica no conceder licencias en el próximo bienio.
Es necesario reducir la captura incidental y los descartes y dar más apoyo a la pesca artesanal. Las principales especies comerciales de peces en el Mediterráneo y el Mar Negro aún están sobreexplotadas, pero la presión se ha reducido en los últimos años.
La reunión se llevó a cabo en la sede de la FAO en Roma y asistieron unos 70 expertos de una docena de países de la cuenca mediterránea, además de representantes de los proyectos regionales de FAO y de la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca de la Unión Europea (DGMARE).